miércoles, 9 de septiembre de 2009

Al Artista...

Llegó al hospital jadeando. No podía ser: Tristeza internado. No lo podía creer, Un infarto, y Delia cómo estaría! Sabino no entraba en razones. Se acercó a la recepcionista y le preguntó:
-Disculpe señorita....
-Milagros señor, ¿Qué necesita?
-Señorita Milagros, necesito ir a la habitación 313, mi amigo Tristeza tuvo un infarto ¿Sabe?
-Por el ascensor, piso 7 señor.
Cuando llegó a la habitación estaba casi toda la barra de la plaza. Se conocían desde hacía 60 años más o menos. Martín estaba contándole a Delia del día que los rajaron con Dick y Roberto del "Sol de Mayo" (Ahí en Pellegrini y Corrientes) por agarrarse a las piñas con cuatro de la bandita de las Vías que habían querido apurar a la Mega que en ese entonces era novia de Roberto.
A Tristeza se lo veía bien, animado, como siempre, contando chistes. Se quedaron todo lo que pudieron y ya estaban hablando de juntarse a comer un asado.
-No hay que olvidarse de avisarle a Fernando, sé que se mudó a dos cuadras del Boulevard Oroño.- Dijo Palito.-Y a María Helena.
Sabino se fue tranquilo, sabía que Tristeza iba a salir de esa.
Cuando llegó a su casa se pasó toda la cena contándole a su esposa anécdotas que ella ya sabía de memoria, anécdotas que ella escuchaba contenta mientras veía los ojos brillosos de su marido. Como aquel día en "El Cifré" en el subsuelo del viejo edificio. ¡Como habían tomado! Y que al final Delia se enteró y la que le hizo pasar al pobre Tristeza...
Al día siguiente Sabino estuvo todo el día pensando que tenía que ir a Visitar a Tristeza, pero entre una cosa y otra Sabino no pudo ir. Al día siguiente aprovechó que hacía calor y se fue al hospital.
-¿Cómo anda Señorita Milagros? Voy a la habitación 313.
-Pase señor, pase sin problemas.
Cuando llegó la puerta estaba abierta y la cama vacía. Justo pasaba un enfermero y le preguntó.
-No señor, el enfermo de la cama 313 falleció hace unas horas, lo lamento mucho.
-No lo puedo creer, era mi mejor amigo de la infancia ¿Sabe?
-Lo lamento mucho señor, recién se lo están llevando para velar, seguro los alcanza.
Sabino bajó rápidamente y encontró en la salida de ambulancias a dos personas cargando el ataúd. El velorio era justo en frente. Sabino ayudó a llevar el ataúd pero antes de entrar se quedó fumando un cigarrillo recostado sobre una pared. No lo podía creer, si él lo había visto tan bien, pobre Delia, se iba a quedar tan sola. Con los ojos llenos de lágrimas Sabino entró al velatorio. Buscó a Delia, pero no la vio, buscó a Fernando, a Dick, a Roberto, a la Mega. No veía a nadie. Entonces le preguntó a una señora muy paqueta:
- Disculpe señora, ¿A quién están velando?
- A Mario Modesto señor.
Sabino no lo podía creer, volvió corriendo al hospital, hechando humo, entre enfadado y alegre. Le preguntó a Milagros:
-Disculpe señorita Milagros yo vine a hace dos días a ver a mi amigo Tristeza Zajacowsky a la 313. Recién un enfermero me dice que falleció pero el que había fallecido no era él.
-Ay no señor, disculpe el inconveniente, a su amigo lo pasaron a la 204 porque ya estaba mejor.


Basado en una historia real, que sólo le puede pasar a mi querido Tío Carlos.

Pequeño homenaje para un gran artista que siempre recordaré.....

3 comentarios:

  1. Muy buena, logró quitarme el aliento!
    Realmente no me hubiera gustado nunca estar en esa situación pero se que tarde o temprano la gente debe alejarse de nuestro lado, seguir su camino y a los que nos quedamos solo nos abrasan los buenos recuerdos..

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  2. Me Gustó mucho de verdad....

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  3. Muy buena!!!! Me encantó como la contaste!!!!...y los lugares comunes.. Un placer leerte siempre!!!

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