miércoles, 16 de septiembre de 2009

La vigilia

Si la noche sigue y la luna le da otra vuelta a la tierra ¿Qué puede pasar? Una amiga llora a lo lejos y yo no puedo llegar a ella. La guitarra canturrea una canción que no sabíamos que decía pero sabíamos que hablaba de amor. Sólo nos unía una cosa, y sólo por eso nos ayudábamos. Y aunque afuera hacía frío, la vida dentro daba suficiente calor para permanecer despierto. Los pensamientos se entremezclaban y todos pensábamos en todo y sólo en eso. Afuera la lluvia interminable... Adentro una historia de represión y muerte escondida tras un crucifijo de 200 años. Esa historia que todos miran sin ver, esa historia que nos cuentan al revés, la historia con la que todos crecemos. Y nosotros ahí, en medio de la nada, en medio del diluvio, esperando que amanezca para empezar el ritual. La guitarra nos contaba historias nuevas, el Fernet nos daba calor, el humo nunca dejaba de salir, y aunque las goteras mojaban el poco fuego que quedaba seguíamos ahí, en vigilia constante. Empapados de agua y ansiedad, tiritando de frío y miedo. Acompañándonos mutuamente, sin siquiera conocernos... Y las horas pasaban entre anécdotas y confesiones, entre explicaciones y miradas. Siempre al ritmo de la música, de la lluvia. Y la lluvia cesó y el sol nos acarició los rostros dormidos. Ya no había más que esperar, ya no había más que hacer, era el día. Y nos fuimos a dormir, porque el miedo se había esfumado con la noche.

2 comentarios:

  1. Hola Maru.
    Hermoso lo q escribiste. Hacia rato q no visitaba tu blog. Voy a seguir leyendolo.

    Te mando un beso grande.

    FACU.

    ResponderEliminar
  2. Muy lindo y muy descriptivo, me hace acordar a algo q vivi...

    ResponderEliminar